Escuela de Arquitectura
Historia 006
Hace poco más de 100 años, el paisaje arquitectónico de la ciudad de Guadalajara era en su mayoría diseñado y determinado por Arquitectos venidos de la capital o el extranjero. En lo local, los profesionales de la construcción se formaban en la Escuela Libre de Ingenieros, pero con resultados más bien escuetos, pues entre 1900 y 1925 no pasaron de 5 los graduados. Y una vez instituida la Universidad de Guadalajara, en 1925, esta cifra no pareció crecer mucho en la Facultad de Ingeniería, donde la Arquitectura era solamente una especialidad en un plan de estudios que dirigía los esfuerzos al aprovechamiento de los recursos naturales y el crecimiento del país a través del desarrollo de infraestructura e industria.
Entre aquellos primeros 7 titulados como Ingenieros Civiles por nuestra casa de estudios durante la primera mitad del siglo XX, se encontraban personajes como Luis Barragán, Juan Palomar y Arias, Ignacio Díaz Morales o Rafael Urzúa que transformaron por completo la fisonomía de Guadalajara y lograron consolidar una escuela tapatía de arquitectura reconocida en el mundo entero.
Para 1948 la falta de una carrera de Arquitectura propia, había llevado a que la población escolar inscrita en la especialidad de Arquitectura de la Facultad de Ingeniería, fuera cada vez más numerosa. Pero también a que hubiera un gran número de estudiantes que partían hacia otros lugares para especializarse. Lo que llevó a que tanto la Dirección de la Facultad, como los propios alumnos de primer año que esperaban la pronta apertura de la carrera de su interés, solicitaron la creación de la Escuela de Arquitectura. Con este fin, Ignacio Díaz Morales en su calidad de Director, formó una plantilla docente internacional, en la que destacaron arquitectos como Mathías Goeritz, Bruno Cadore, Horst Hartung Franz, Silvio Alberti y Erick Coufal; de quienes se conservan detallados expedientes con las negociaciones. Estos trajeron de lleno a Guadalajara el movimiento arquitectónico y de diseño que se estaba gestando en Europa, proveyendo de una nueva expresión arquitectónica que buscaba transformar el significado de las formas y reflejar una nueva organización social.
La nueva Escuela de Arquitectura tomó espacio en el también recién formado Instituto Tecnológico, donde se agruparon la Facultad de Ciencias Químicas, la Facultad de Ingeniería y el Instituto Politécnico. Este lugar conocido hasta entonces con el nombre de Ciudad Universitaria fue cedido a la Universidad de Guadalajara gracias a un convenio de coordinación entre la Secretaría de Educación Pública, el Gobierno del Estado de Jalisco encabezado por el gobernador Jesús González Gallo y la institución universitaria. El nuevo centro educativo tenía la tarea de perseguir un desarrollo urbano con principios estéticos, económicos y sociales congruentes. La Arquitectura debía ser una disciplina que fuera puesta capitalmente al servicio de la sociedad. Lo que llevó a que los arquitectos surgidos de él modernizaran el horizonte tapatío a través de la introducción del concreto, líneas rectas y siluetas sencillas y geométricas que destacaban la funcionalidad de las construcciones; legando con ello importantes íconos arquitectónicos a la ciudad. Ejemplo de ello es el Nuevo Mercado Libertad en San Juan de Dios, construido por Alejandro Zohn.
Hacia 1966 se comenzaron los proyectos para la construcción de un nuevo edificio en terrenos al borde de la Barranca de Oblatos, para albergar al Instituto de Arte y Diseño de la Universidad de Guadalajara, el cual integraba además de la Escuela de Diseño, a la Escuela de Arquitectura. En el momento se planteó incluso la posibilidad y conveniencia de ubicar en el espacio a la Facultad de Filosofía y Letras, con la intención de conformar “una unidad espiritual en la que radicara la parte anímica esencial de la Universidad de Guadalajara, de todas sus actividades de creatividad estética y de actividad pensante filosófico-doctrinaria”. Para 1972 la Escuela de Arquitectura se transformó en Facultad; y en 1994, con la reforma a la Ley Orgánica, se integró al Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño.